196. Sunrise

El pensamiento positivo, que generalmente acompaña al optimismo, es un factor esencial en nuestra capacidad de sobrellevar de forma efectiva el estrés y las dificultades de la vida. Y sobrellevar bien el estrés se asocia con un sinfín de beneficios para la salud. Si tiendes a ser pesimista, no hace falta tirar la toalla o desesperarse -aunque quizá esa sea tu tendencia-. Tu cerebro es capaz de aprender y cambiar. Todos podemos aprender pensamiento positivo y beneficiarnos; así, de su efecto sobre nuestra salud.

Adoptar pensamientos positivos no quiere decir ignorar las dificultades de la vida ni enterrar la cabeza en la arena, como si fueramos avestruces pretendiendo que el depredador no nos va a ver ni atacar. Pensamiento positivo no quiere decir que no aceptemos que solo queda la mitad del vaso de agua, sino que veamos el vaso medio lleno. Es decir, pensamiento positivo es una actitud mental que nos lleva a abordar los acontecimientos de la vida de manera más positiva y más productiva. Se trata de entender todas las posibilitades,; pero poner fe y confianza en que la más beneficiosa va a suceder. El vaso está a la mitad, pero realmente, a efectos prácticos, está casi lleno, porque ¡contiene agua más que suficiente para saciar tu sed!

El pensamiento positivo comienza, pues, con las conversaciones secretas que tenemos en nuestra mente, los pensamientos que pueblan nuestra mente mientras nos enfrentamos a las realidades de la vida. Estos pensamientos pueden ser positivos: «Me va a salir bien el examen, voy a ganar la carrera, voy a meter un gol, mis compañeros mes respetan y apoyan». O pueden ser negativos: «No soy suficientemente rápido, no voy a llegar al balón, no tengo la misma capacidad de trabajo que los demás, no voy a poder conseguirlo, no merezco el premio.» No se trata de ser irracional, sino de aceptar las propias limitaciones, hacer lo posible por remediarlas, buscar y aceptar consejo y ayuda, pero, sobre todo, adoptar un punto de vista positivo.

El cerebro cambia y se adapta. Si tiendes a tener pensamientos negativos, si eres pesimista, engáñate, practica cómo ver el lado positivo, finge que ves el vaso medio lleno. Tu cerebro cambiará, te volverás más optimista y, con ello, mejorará tu salud. Es lo mismo que pasa cuando tratas con generosidad y cariño a la gente -tu cerebro acaba haciéndote más generoso y más cariñoso-. Trata a los demás con bondad y tu cerebro te hará más bondadoso. Pero lo contrario también se da: refunfuña y tu cerebro te hará un cascarrabias. Imita a la gente que cojea y al final tu cerebro acabará no sabiendo andar sin cojear.

««El cerebro que cura» – Alvaro Pascual-Leone, Alvaro Fernandez, David Bartrés

Clika sobre el logo per anar a la pàgina principal